Cirugía Mama Tuberosa en ibiza
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Algunas mujeres presentan lo que se conoce como mama tuberosa. Es una problemática más común de lo que a priori pueda parecer, debido a que “1 de cada 4 mujeres salen con esta valoración por parte del especialista”.
Si crees que puedes padecerlo, es importante que te pongas en manos de profesionales para una evaluación, para que así puedas salir de dudas.
Qué es la mama tuberosa
La conocida como mama tuberosa es una deformidad congénita en la que el seno tiene una forma anormal, con una especie de protuberancia en la parte inferior del pezón. Lo que causa es que el polo inferior y los laterales de los senos no se lleguen a desarrollar por completo, provocando una estética diferente a la habitual.
Se puede manifestar de distintas maneras, dado que puede tener una especie de espacio anormal en la parte superior de la areola, causando así una apariencia asimétrica o separada de las mamas.
La realidad de esta problemática es que puede afectar la autoestima y la confianza de la mujer. Pero no siempre se trata únicamente por estética, dado que en algunos casos puede ser un problema funcional puesto que puede dificultar la lactancia.
Cada mujer tiene sus razones para someterse a una cirugía que permita corregir la forma de las mamas y que tenga una apariencia normal. Para ello, se pueden realizar cirugías de aumento de mama, mastopexia y una corrección de la areola.
¿Cómo saber si se tienen los senos tubulares?
Los senos tubulares son un tipo de deformidad congénita de la mama que no siempre afectan igual a las mujeres.
Principalmente, se caracteriza por mostrar una forma anormal en la que se presenta una especie de saliente o protuberancia en la parte inferior del pezón y un espacio anormal en la parte superior de la areola.
Se puede identificar si la mama se ve asimétrica o si tiene un tamaño diferente en cada mama. Aparte, hay signos y síntomas que pueden indicar que tienes los senos tubulares, son los siguientes:
- Pezones invertidos o hacia adentro: uno de los principales motivos que pueden dar lugar a pensar que se tienen las mamas tuberosas, es si los pezones se muestran como metidos hacia adentro o bien están invertidos. Esto sucede cuando el pezón no está en la posición correcta y apunta hacia adentro.
- Forma cilíndrica: es una de las formas más habituales y se caracteriza porque la mama tiene una forma tubular o cilíndrica, con una especie de protuberancia o en la parte inferior del pezón.
- Asimetría: es fácil de detectar porque una mama se ve más grande o más pequeña que la otra.
- Espacio anormal en los senos: se manifiesta como un espacio más exagerado de lo normal en la parte superior de la areola.
Estos casos son indicios de senos tubulares. Ante la duda, es importante que consultes con un experto para que pueda examinar tus mamas y poder confiar si efectivamente sufres de esta problemática. A partir de ahí, se puede barajar la posibilidad de realizar el debido tratamiento para solucionarlo.
¿Cómo es la cirugía de mama tuberosa?
Para corregir un problema de mama tuberosa a menudo se realiza un procedimiento de cirugía plástica personalizado en función de las necesidades de la paciente. De este modo se puede corregir la deformidad congénita de la mama tuberosa con éxito, en función de cada caso, que puede ser diferente.
El objetivo de esta cirugía es mejorar la forma y la apariencia de la mama, haciendo que se pueda conseguir una forma normal, la deseada por la paciente.
En la cirugía se pueden llevar a cabo distintas técnicas. Por ejemplo:
- El aumento de mama puede ser de ayuda para aumentar el tamaño de la mama y que una se vea igual que la otra.
- La mastopexia permite levantar y dar forma a la mama, para que ambas se vean completamente simétricas y en la misma posición.
- La corrección de la areola es una técnica que permite reposicionar la areola y en algunos casos reducir su tamaño para una apariencia más simétrica entre las dos mamas.
Cada cirugía se lleva a cabo a su debido modo y puede tener duraciones diferentes según las necesidades de cada paciente. Por eso es importante ponerse en manos de profesionales para evaluar cada caso por separado y ver las posibilidades. A partir de ahí, el cirujano recomendará la mejor opción para la paciente.
Tras someterse a la cirugía es habitual sentir dolor, hinchazón o incluso tener hematomas. Es algo normal y que irá desapareciendo poco a poco con el tiempo. Pero es fundamental seguir al pie de la letra las instrucciones de tu cirujano y tomarse el tiempo que sea necesario para una correcta recuperación.
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